Una selección de esculturas talladas directamente en piedra por Cristian Terroba, marca en el Centro Cultural Caja Rioja-Gran Vía, las constantes de una labor hecha a conciencia, tratando de materializar y poner cuerpo a sus intuiciones convertidas en retos superados con voluntad, imaginación y técnica. Porque este artista, con la única titulación de su esfuerzo, ha entrado en ese venero que desde el paleolítico señala los itinerarios de la humanidad.
Fuente: Inforpunto
Venero es una forma verbal del verbo venerar (origen: venerāri), pero además tiene un homónimo que proviene de vena y que tiene unos significados bastante curiosos y que son disparejos entre sí.
En primer lugar podemos utilizar el venero, siempre en masculino, como un nacimiento de agua, un manantial.
La riqueza de la complejidad humana no se refleja en el conocimiento general de la sociedad y hasta hoy permanecí ignorante ante la forma con la que se nominó la raya de los relojes de sol. Sorprendentemente también es venero. Curioso que tenga un nombre para tal e ideal para jugar al Scrabble, ¿no?
Con venero también se puede señalar el génesis de algo, su origen.
Además con el término de hoy también podemos hablar de ingeniería. En este campo semántico el venero es un criadero, una zona de explotación, un agregado con sustancias inorgánicas que tienen utilidad para mejorar las cosechas.
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