Ambages

26 Jul

No tiene pelos en la lengua. Dice las cosas como las piensa, sin necesidad de ambages ni de circunloquios. No necesita maquillar sus mensajes. A buen seguro porque también se siente capaz de defender sus palabras en el ruedo. A golpe cantado. De martillo ganador. Un consejo, abróchense los cinturones. Con todos ustedes, Diego Ventura. a tumba abierta. Fuente: El Diario Montañés

Las situaciones socioeconómicas provocan que en los periódicos se repitan contínuamente determinadas palabras aceptando tácitamente que las personas que lo leen o bien escuchan en la radio o televisión las conocen. Sin embargo gran parte de las veces no es así y una de ellas es ambages. Con ambages, en plural en sus dos acepciones que recoge la RAE, se señala en primer lugar los discursos que dan rodeos de palabras. No son directos y utilizan eufemismos y construcciones semánticas que provocan problemas para comprender realmente de qué se trata. Un claro ejemplo son los ambages del gobierno de España para decir rescate económico. También se puede utilizar la palabra para los caminos intrincados, los que te impiden llegar al lugar de forma directa y finalmente uno se pierde. Eso me ha pasado en mi colonia (barrio) de México. Calles que parecen paralelas y perpendiculares pero que luego no lo son, que son oblicuas y que es finalmente fácil no llegar al destino por el camino más recto.

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